sábado, 15 de diciembre de 2007

Los niños, la movilidad y la descentralización de los centros educativos

Hace pocos días se hablaba de un paro de transporte urbano entre los que se incluían los que hacen transporte escolar. Esto lógicamente implicaba un cierre de las clases mientras dure el paro. Dependemos del transporte escolar y del transporte público para que los niños y adolescentes puedan llegar a sus clases y un gran número de padres de familia utiliza los autos privados para llevarlos a su destino.

No hay cifras de cuanto de la población estudiantil se moviliza en transporte público, en transporte escolar, en auto privado a pie o en bicicleta, sería importante el tenerlos, pero sí podemos afirmar que como está actualmente estructurado nuestro sistema escolar, la falta de planificación para la implantación de los centros educativos, la pérdida de credibilidad en la calidad del sistema educativo público y el marketing de los privados para atraer a los estudiantes que pueden pagarlo, obliga a que los niños tengan que recorrer grandes distancias para que se puedan educar, afirmando lo expuesto en el primer párrafo de este artículo.

Hace poco, en una charla con estudiantes del Fernández Madrid, colegio municipal ubicado en el centro de la ciudad, algunas estudiantes afirmaban el hecho de que tenían que recorrer grandes distancias para llegar a su destino y ante la pregunta de porqué no estudiaban en alguna institución que les quedara más cerca, explicaban que no había y o que las que había cerca no tenían el prestigio del colegio en donde estudiaban y que por ello, preferían hacer el sacrificio de trasladarse y perder muchas horas en el trayecto hasta sus aulas.

Esto lo podemos constatar con el hecho de que existen barrios en donde no existe un centro educativo y otros en donde la concentración de los mismos es mayor que la demanda de la población a la que sirven. Por ejemplo en el Centro Histórico tenemos alrededor de 130 establecimientos educativos para una población de 40000 estudiantes, cuando los niños y jóvenes de edad escolar que habitan en el Centro no llegan a 10000.[1] Esto complica no solo la movilidad de los estudiantes que estudian en los mismos, sino de la población que vive o trabaja alrededor de los mismos.

Aquí podemos hacer la siguiente reflexión. ¿Por qué no tenemos una institución educativa, de muy buena calidad, con el mismo prestigio del colegio mencionado o de cualquier otro, los cuales son cotizados y peleados para conseguir un cupo, que sirva a una población de entre 5000 a 10000 habitantes, esto es entre 600 a 1000 estudiantes[2], y cercana a sus hogares de tal manera de que puedan llegar a pie o en bicicleta? Podríamos incluso descentralizar más la educación, haciendo centros educativos más pequeños a escala de barrio, de entre 100 y 200 estudiantes, que no necesitarían mayor volumen edificado, que compartan algún equipamiento, como espacios deportivos, bibliotecas, auditorios, teatros, juegos infantiles, que a la vez de servir a estas instituciones podrían servir de equipamiento cultural, deportivo y recreativo del barrio. Los parques del barrio podrían servir para estos fines. Esto sería una forma de optimizar recursos, integrar al sistema educativo en la vida cotidiana del sector, dinamizar y fortalecer las comunidades urbanas, ahorrar dinero y energía y evitar movilidades innecesarias descongestionando el tráfico y mejorando la calidad el aire y el ambiente.

Hace pocos días, el gobierno acaba de afirmar que creará 12.000 nuevas partidas presupuestarias para maestros. Muy buena noticia. Aquí tenemos una oportunidad para que la asignación de los puestos de trabajo para esos maestros se haga con criterios de ubicarlos en sitios cercanos a sus domicilios, sean urbanos o rurales, de tal manera de reducir la dependencia de transporte motorizado.

De la misma manera se debería emprender en una campaña de descentralización de los centros educativos, reubicarlos en los barrios y sectores en donde hacen falta, en los cuales tengan su cupo asegurado los estudiantes que viven en las cercanías y que sean de buena calidad, para no tener que buscar cupos en establecimientos alejados o en instituciones privadas, al menos por esta causa. Además los centros educativos barriales deberían ser centros aglutinadores de las actividades del barrio, fortaleciendo las comunidades y extendiendo sus actividades a los espacios públicos y actividades del barrio y del sector, compartiendo con los mismos espacios deportivos, culturales y recreativos.

[1] Plan Especial del centro Histórico. Dirección Metropolitana de Territorio y vivienda.

[2] Según los últimos censos de población, alrededor del 12% de la población está en edad escolar.


Diego Hurtado

Quito para Todos

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